Sobre una estéril pradera,El diáfano azul del cielo
Cruzaba en rápido vuelo Una nube pasajera.
Vio a la pasada una flor Que abrasada se moría,
Y en su penosa agonía Le dijo así con amor:
Dios te mande nube hermosa,A librarme de la muerte."
"Joven soy, morir no quiero;En tus bondades confío;
Una gota de rocío Por piedad, porque me muero."
Pero la nube orgullosa,Insesible caminando,
"No puedo, dijo pasando,Servir a tan noble rosa."
"Que si todos los pesares De las flores mitigara,
Pienso que no me bastara Con el agua de los mares."
La flor exhaló un suspiro Y la nube Siguió su rápido vuelo.
agitada por el viento Cruzó la selva sombría,
Cruzó también la ribera;Pero siempre en donde quiera
La tristeza la seguía.Sintió de pronto una profunda,ansiedad,
Y por fin tuvo piedad De la rosa moribunda;
Y del punto en que se hallaba,Con rapidez se volvió,
Y a la pradera llegóCuando la tarde expiraba.
la nube sobre su frente Tendió su ligero manto,
Y regándola con llanto,Exclamaba dulcemente:
"Despierta, yo soy; despierta,Yo te traigo la alegría."
Mas la flor no respondía:La infeliz estaba muerta.
Guardad tan triste lección En el alma desde ahora:
siempre, mostradle al que llora Una santa compasión.
Si el pobre a rogaros va,No le miréis con desdén,
Que es muy triste hacer el bienCuando es inútil quizá.
atentamente tu tata
"Joven soy, morir no quiero;En tus bondades confío;
Una gota de rocío Por piedad, porque me muero."
Pero la nube orgullosa,Insesible caminando,
"No puedo, dijo pasando,Servir a tan noble rosa."
"Que si todos los pesares De las flores mitigara,
Pienso que no me bastara Con el agua de los mares."
La flor exhaló un suspiro Y la nube Siguió su rápido vuelo.
agitada por el viento Cruzó la selva sombría,
Cruzó también la ribera;Pero siempre en donde quiera
La tristeza la seguía.Sintió de pronto una profunda,ansiedad,
Y por fin tuvo piedad De la rosa moribunda;
Y del punto en que se hallaba,Con rapidez se volvió,
Y a la pradera llegóCuando la tarde expiraba.
la nube sobre su frente Tendió su ligero manto,
Y regándola con llanto,Exclamaba dulcemente:
"Despierta, yo soy; despierta,Yo te traigo la alegría."
Mas la flor no respondía:La infeliz estaba muerta.
Guardad tan triste lección En el alma desde ahora:
siempre, mostradle al que llora Una santa compasión.
Si el pobre a rogaros va,No le miréis con desdén,
Que es muy triste hacer el bienCuando es inútil quizá.
atentamente tu tata